El principio “pacta sunt servanda” tiene como límite la dignidad humana

Explotación del hombre por el hombre.

La autonomía de la voluntad en contratos civiles y mercantiles es fundamental, siempre que cumplan con ciertos requisitos y no infrinjan derechos humanos ni el orden público. El Artículo 78 del Código de Comercio respalda esta autonomía basándose en el principio 'pacta sunt servanda', que establece que lo pactado en un contrato debe cumplirse; sin embargo, es vital que los contratos no comprometan la dignidad humana ni permitan la explotación de una parte hacia otra. Este principio se sustenta en la libertad contractual y en la confianza que debe existir entre las partes, que acuerdan de buena fe.

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